30/5/13

Hoy ha sido la última (bueno, de hecho la penúltima) clase de Circuitos Lineales. Como toda exposición que se precie, la hemos dedicado a dar una conclusión a todo lo que hemos hecho en este cuatrimestre.

Para empezar, hemos hecho un resumen de los contenidos de la asignatura: tras un breve marco introductorio, nos dedicamos a analizar circuitos en régimen permanente sinusoidal.

A continuación, y con el fin de modelar circuitalmente una fuente controlada de tensión, estudiamos un dispositivo muy interesante: el amplificador operacional. Con él ganamos algo de soltura en el diseño de circuitos ya que nos permite aplicar diferentes operaciones a las tensiones de un circuito: sumarlas, multiplicarlas, derivarlas…

Abrimos un paréntesis finalizado este capítulo para hablar de algo muy importante a la hora de llevar nuestros diseños a la práctica: la potencia. Hablamos de valores medios y máxima transferencia de potencia, así como de un dispositivo muy útil a la hora de transmitir señales: las líneas de transmisión. Esto nos llevó a su vez a hablar de adaptación de impedancias, para lo cual introdujimos el transformador.

Una vez terminado el tema de potencia, volvimos al inicio de la asignatura para romper dos de las limitaciones que nos habíamos impuesto: el estudio de circuitos en régimen permanente, y cuya excitación es sinusoidal. Utilizamos el desarrollo en series de Fourier para analizar circuitos de excitación periódica pero con forma arbitraria; y la transformada de Laplace para obtener la respuesta completa de un circuito.

Como este blog es una exposición de los contenidos de la asignatura desde el punto de vista de un alumno, he considerado apropiado darle también una conclusión desde ese punto de vista.

Para mí ha sido una asignatura presentada con una metodología muy distinta a la que estamos acostumbrados a encontrar, y que, a pesar de resultarme poco agradable al inicio del curso, ahora me parece más eficaz de cara a nuestro futuro que muchas otras que he conocido a lo largo de mi vida como estudiante. Creo que el obligarnos a trabajar de manera regular, entendiendo los conceptos pero sin perder ni el rigor de la forma y el método ni la certeza del resultado ha hecho que una gran parte de la clase adquiera de manera coherente, y no como simples injertos de conocimiento, los contenidos de la asignatura.

Como músico interesado en el mundo del audio y de toda la electrónica que hay detrás de él, Circuitos Lineales me ha ayudado a tener una visión más clara del diseño de sistemas electrónicos para el audio, haciendo aparecer un interés por la electrónica analógica que antes de empezar la asignatura no tenía, y que espero aprovechar para realizar proyectos que me ayuden a crecer tanto musicalmente como profesionalmente.

Quisiera agradecer a nuestro profesor, Jose María Miguel, pese a ciertas diferencias personales, el esfuerzo que ha hecho por inculcarnos no sólo los contenidos de la asignatura sino una metodología de trabajo crítica y despierta, que haremos bien en asimilar ya que pocas veces nos será presentada de esta manera y nos hará aprovechar nuestro tiempo enfocando nuestra práctica como ingenieros en aquello que realmente nos atraiga y nos apasione, en lugar de entender la ingenería como un simple «hazlo más duro, mejor, más rapido y más fuerte».

A este respecto, mencionaré que me ha resultado muy curioso que el profesor haya utilizado esta expresión, junto con la de «lo que estudiéis tiene que ser tan apasionante que tengáis ganas de levantaros un lunes por la mañana para venir a clase motivados», ya que son justamente las dos expresiones que he utilizado desde que hace un año o dos me empecé a plantear mi futuro profesional para describir mis ideas sobre la ingenería: no quiero que mi trabajo sea una canción de Daft Punk, y quiero que lo que estudie sea tan interesante que tenga ganas de levantarme un domingo de resaca para estudiarlo.

Daniel Balcells

Barcelona, Junio de 2013

27/5/13

Hoy hemos cerrado el último tema de la asignatura, el estudio de la respuesta completa de circuitos, explicando algunas de sus aplicaciones. La primera, que tiene un papel crucial en el análisis de circuitos, es la duración del transitorio.

Para conocerla, bastará con graficar el diagrama polos-ceros del circuito. Como sabemos, la parte real de cada polo corresponde con el exponente de la función exponencial que provoca el crecimiento o amortiguación de la respuesta propia del circuito. Cada exponencial tendrá asociada una constante llamada constante de tiempo τ, que es el inverso del coeficiente de t en el exponente. Considerando que una exponencial se ha extinguito en un tiempo t = 5τ, es decir, el necesario para que la amplitud se reduzca en un factor e^5, nos bastará con encontrar la exponencial que decrezca más rápidamente de entre todas las asociadas a los polos de la función de red. En cuanto la localicemos, bastará calcular t = 5τ para estimar la duración del régimen transitorio.

Por otra parte, hemos establecido un criterio para determinar si un circuito es estable, en función del polinomio que forme el denominador de su H(s):

-Si es de primer grado, debe ser completo y todos los términos deben tener el mismo signo.

-Si es de segundo grado, de nuevo deberá ser completo y con todos los términos del mismo signo.

-Si es de tercer grado, debe cumplirse que A3 · A0 < A2 · A1, donde An es el coeficiente del término de grado n.

Por otra parte, hemos visto un criterio algo más sencillo: si el circuito no incluye ninguna fuente controlada y hay al menos un resistor, el circuito será estable.

Finalmente, hemos visto una aplicación muy interesante del circuito transformado de Laplace: la discretización. Al llevar al dominio de Laplace la ecuación diferencial que rige el comportamiento de un condensador en un filtro paso-bajo, hemos establecido un intervalo de tiempo Ts para calcular la derivada como cociente incremental (discretizado el circuito), y obtenido mediante la transformada inversa el valor de Vo para valores discretos de t (n·Ts). Hemos visto que es así como simula PSPICE circuitos con elementos de este tipo: mediante el comando .TRAN:

.TRAN a b 0 d

Donde b es la duración del transitorio y un poco más, a es un número menor que b y d es el tiempo de discretización Ts. Hemos visto que, para obtener un resultado fiable, Ts debe ser al menos la centésima parte de la duración del transitorio. Además, si trabajamos con señales con armónicos, deberemos elegir un valor de Ts menor que la mitad del periodo del armónico de mayor frecuencia. Esto nos garantiza que haremos al menos dos mediciones en cada oscilación, asegurando que no haya pérdida de información. A esta relación de Ts con el armónico de mayor frecuencia se la denomina criterio de Nyquist, y es el motivo por el que el audio se muestrea a 42 KHz como mínimo, ya que el mayor armónico audible es del orden de los 20 KHz.

Hemos abierto así la puerta a un nuevo mundo: el procesado numérico de señales, que consiste en discretizarlas mediante un muestreador que cumpla los criterios anteriores y aplicar a cada muestra el algoritmo correspondiente al tratamiento que queramos hacer a la señal. Una vez hecho esto, bastará con reconstruir la señal mediante un conversor digital-analógico para obtener el mismo resultado que con un circuito electrónico.

Sin embargo, hemos resaltado también la importancia de no perderse en los intrincados caminos del procesado numérico de señales, ya que puede llevarnos a olvidarnos de la utilidad de lo que hacemos y convertirnos en matemáticos obcecados en buscar la técnica por la técnica cuando muchas de estas tareas pueden ser realizadas simplemente con circuitos elementales.

23/5/13

Hemos dedicado la clase de hoy a explicar un procedimiento para el análisis de la respuesta completa de circuitos utilizando los conceptos explicados el lunes sobre la transformada de Laplace.

El procedimiento que hemos seguido consiste en encontrar el equivalente en el dominio de Laplace de cada elemento circuital, tal y como hicimos con el transformado fasorial para estudiar circuitos en RPS. Veremos a lo largo de esta explicación que hay numerosas similitudes entre ambos circuitos transformados, por lo que habrá que estar atento para no confundir uno y otro, ya que representan cosas enteramente distintas.

Hemos establecido que:

  • Las fuentes de tensión se comportarán como fuentes cuyo valor es el de la transformada de Laplace de su función en el dominio del tiempo. De esta manera, una fuente de tensión continua activada en t=0 pasa a ser una fuente de valor 1/s, y procederemos de manera análoga para cualquier otra fuente.
  • Los resistores no son alterados en el circuito transformado de Laplace, ya que siguen siendo el cociente entre tensión y corriente.
  • Los inductores se comportan como resistores de valor jLω, en paralelo con una fuente de corriente de valor i(0-) / s.
  • Los condensadores se comportan como resistores de valor 1/jCω, en serie con una fuente de tensión de valor V(0-) / s.

Aplicando estas transformaciones, podremos utilizar cualquiér metodo (reconducir a estructuras sencillas, anlálisis nodal) para encontrar la respuesta del circuito. Un dato a tener en cuenta es que la relación respuesta/excitación (función de red) del transformado fasorial coincide con la del transformado de Laplace. De esta manera, si particularizamos esta función de red para s=jω obtendremos la respuesta en régimen permanente del circuito, mientras que si graficamos su diagrama polos-ceros encontraremos su respuesta completa.

La respuesta completa estará formada por una serie de factores que dependen de la estructura del circuito y otro que será el característico de la excitación. Por lo tanto, si el circuito es estable comprobaremos que los polos debidos al circuito se sitúan en el semiplano izquierdo, es decir, que se extinguirán con el tiempo, dando lugar a una respuesta permanente de la misma forma que la excitación.

16/5/13

Hoy, tras repasar el estudio del desarrollo en series de Fourier, hemos empezado el último capítulo de la asignatura: el estudio del régimen transitorio, que cierra de manera eficaz el curso, llevando el hilo de vuelta a donde empezamos. Con este tema, eliminamos otro de los límites iniciales que habíamos puesto a la asignatura. Dijimos de entrada que estudiaríamos circuitos en régimen permanente sinusoidal y, sin embargo, ya con Fourier nos saltamos esta norma para analizar circuitos con excitaciones periódicas de forma arbitraria. Mediante el análisis del régimen transitorio hemos terminado de eliminar esta restricción para ser capaces de obtener la respuesta completa de un circuito.

La herramienta fundamental que usaremos para describir la respuesta completa de un circuito es la Transformada de Laplace.

Como vemos en esta colorida y exuberante definición, la obtención de la transformada de Laplace puede ser un proceso algo tedioso: algo tan habitual como una tensión sinusoidal daría lugar a integrar por partes dos veces. Por este motivo, hemos obtenido las transformadas de funciones usuales en función de varios parámetros, para poder aplicarlas sin mayor pérdida de tiempo o posibilidad de error.

cos exp u(t)sen2

La gran utilidad de la transformada de Laplace de un circuito radica en que, ya que las expresiones que obtenemos son cocientes de polinomios en s, podremos graficar su diagrama polos-ceros, que guarda una estrecha relación con el comportamiento del circuito al volver al dominio temporal.

Hemos comprobado que los polos situados en el semiplano izquierdo corresponden a respuestas que se extinguen con el tiempo. Esto significa que, transcurrido el tiempo suficiente, sólo permanecerá una respuesta de la misma forma que la excitación, que es lo que hemos denominado régimen permanente. Por este motivo diremos que los circuitos cuyos polos se sitúan exclusivamente en el semiplano izquierdo son estables.

Por otra parte, los polos situados en el semiplano derecho tienen la particularidad de corresponder a respuestas cuya amplitud aumenta con el tiempo. De esta manera, cualquier excitación por mínima que sea hará que el circuito responda con una señal de amplitud cada vez mayor. Por eso decimos que los circuitos con al menos un polo en el semiplano derecho son inestables.

En cuanto a la parte imaginaria de los polos: si es nula, la respuesta en el dominio temporal no será oscilatoria, sino que corresponderá a una función exponencial creciente o decreciente según el criterio anterior de los semiplanos derecho e izquierdo. Sin embargo, si no es nula, hemos comprobado que siempre aparecerán polos complejos conjugados, que al efectuar el cambio al dominio del tiempo corresponderán a una sinusoide.

Por lo tanto, polos complejos conjugados en el semiplano izquierdo corresponden a oscilaciones amortiguadas, y en el semiplano derecho a oscilaciones de amplitud creciente.

En la frontera entre estos casos, encontramos que un único polo en 0 corresponde lógicamente a una respuesta que ni crece ni se extingue en el tiempo, y que no oscila, es decir, una función escalón. Por otra parte, polos conjugados en el eje de ordenadas corresponden a una sinusoide que ni se extingue ni crece en el tiempo, es decir, a un oscilador senoidal.

En resumen, las correspondencias de los diagramas P-Z con las respuestas temporales son:

 

13/05/13

Hoy hemos continuado con el estudio del desarrollo en series de Fourier como parte del análisis de la respuesta frecuencial de circuitos. Si en la clase del pasado jueves nos centramos en describir una señal mediante su DSF, hoy hemos estudiado la respuesta de los circuitos a una excitación, una vez que esta ha sido sustituida por su DSF.

Como cabría esperar, este proceso es muy intuitivo: una vez sustituida la excitación por una serie de generadores sinusoidales y una fuente de tensión continua, podemos encontrar rápidamente la respuesta del circuito a cada componente por separado, mediante las técnicas que ya conocemos: obtención de la función de red y particularización para la frecuencia de cada armónico. La tensión de salida será la suma de las respuestas del circuito a cada una de las componentes armónicas.

De hecho, si obtenemos el trazado de Bode del circuito y representamos las amplitudes de los armónicos en dBμV, la tarea será incluso más fácil: la amplitud de cada armónico a la salida, expresada también en dBμV, será su amplitud original sumada a la ganancia del circuito en dB a la frecuencia de cada armónico. De esta manera, podemos obtener rápidamente la respuesta del circuito con tan sólo seguir estos pasos:

  1. Obtención de la forma espectral de la excitación mediante su DSF.
  2. Obtención del trazado de Bode del circuito.
  3. Cálculo de la forma espectral de la respuesta, sumando a cada componente la ganancia del circuito a dicha frecuencia.

Para finalizar, hemos visto algunas aplicaciones de la obtención del DSF de una señal en conjunto con el diagrama de Bode de un circuito.

La primera consiste en la obtención del valor medio de una tensión. Si obtenemos su DSF, veremos que el coeficiente Co coincide con su valor medio, por lo que buscaremos eliminar en la medida de lo posible todas sus componentes sinusoidales. Para ello, bastará con emplear un filtro paso-bajo cuya frecuencia de corte esté muy por debajo de la frecuencia fundamental de la excitación.

Como medida del acierto que pueda tener un circuito que cumpla esta misión hemos introducido el concepto de relación señal-ruido: la definimos como 10 log ( Vrms² señal / Vrms² ruido), donde consideramos que en este caso la señal es el valor medio de la excitación, y el ruido cualquier tensión sinusoidal que permanezca tras pasar el filtro. Por lo tanto, a mayor atenuación de los armónicos, mejor relación S/N.

La segunda aplicación consiste en la obtención de una sinusoide a partir de una señal cuadrada. Para ello, hemos contrastado los diagramas espectrales de una tensión cuadrada y una sinusoide, y hemos llegado a la conclusión de que un circuito con un pico de resonancia muy estrecho a la frecuencia fundamental de la tensión cuadrada lograría amplificar dicha componente y atenuar todas las demás en mayor o menor medida, logrando una tensión de salida que representa eficazmente una señal sinusoidal.

Vemos, por lo tanto, la utilidad subyacente en el estudio del desarrollo en series de Fourier.

9/5/13

Cuando introdujimos el concepto de fasor, sabíamos que estábamos limitando nuestro análisis de circuitos a aquellos que operan en RPS, o régimen permanente sinusoidal. Esto significa que  dichos circuitos, al ser excitados con una señal sinusoidal, y transcurrido un cierto tiempo, alcanzan un régimen en el que la respuesta tiene la misma forma que la entrada. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la excitación no es sinusoidal?

Para dar respuesta a esta pregunta, hemos estudiado hoy una herramienta muy útil: el desarrolo en series de Fourier. Este método, que debemos, como su nombre indica, al matemático francés Jean-Baptiste Fourier, nos permite descomponer cualquier función periódica en una suma de sinusoides. Las frecuencias de estas sinusoides guardan una relación armónica con la de la función original, que llamamos frecuencia fundamental.

La expresión matemática del desarrollo en series de Fourier de una tensión Vg(t) es:

CodeCogsEqn

siendo Co y Cn
CodeCogsEqn-1CodeCogsEqn-2

Circuitalmente, podremos sustituir un generador Vg de forma periódica arbitraria y frecuencia fo por un generador de tensión continua de valor Co en serie con tantos generadores sinusoidales de amplitud 2Cn y frecuencia n·fo como necesitemos para reproducir fielmente la forma de Vg.

Definiremos por lo tanto la forma espectral de la amplitud (o la fase) de una señal de forma arbitraria como un diagrama que da la amplitud en voltios o dBμV (o la fase) de cada una de sus componentes armónicas, encontradas mediante su desarrollo en series de Fourier.

Por último, hemos visto que el error cometido aproximando una señal por su desarrollo en series de Fourier es muy pequeño: usando sólo dos términos (n = 2) y analizando la potencia disipada en el caso de la señal original (cuadrada) y de su DSF, hemos comprobado que el error es de un 5%.

29/4/13, 2/5/13 y 6/5/13: Trazados de Bode

Hemos dedicado esta semana al estudio de la respuesta de los circuitos en función de la frecuencia de su excitación, es decir al análisis de la respuesta frecuencial de los circuitos. Para ello, hemos introducido dos nuevos conceptos: los diagramas polos-ceros y los trazados de Bode.

De entrada, hemos aclarado que siempre reconduciremos las funciones de red a cocientes de polinomios en s. De esta manera, podremos factorizar tanto el numerador como el denominador para encontrar los valores de s (y por tanto de ω) que anulan uno u otro. En el caso del numerador, estos valores harán que la función de red valga cero, mientras que las raíces del denominador harán que la función presente sus valores máximos. Por este motivo, llamaremos a las raíces del numerador ceros y a las del denominador polos. Situándolas en el plano complejo y representándolas con círculos y cruces respectivamente, obtenemos lo que se conoce como un diagrama polos-ceros, que nos permite encontrar rápidamente las pulsaciones que provocan uno u otro efecto en el circuito.
zp_eg2

Por otra parte, hemos destacado la utilidad de representar la amplificación de un circuito en función de su frecuencia. A este respecto, parece interesante hacer esta representación en una escala logarítmica, tal como sugirió Hendrik Wade Bode, ingeniero eléctrico estadounidense.

¿Por qué? Si tomamos el cociente entre las potencias de entrada y salida, veremos que, si Rin y RL son iguales, es igual al cuadrado del cociente entre las tensiones de entrada y salida. Si tomamos diez veces el logaritmo de esta expresión como la ganancia del circuito, el exponente 2 pasa a multiplicar al número 10. Por lo tanto, la expresión que nos queda es que la ganancia del circuito, en dB, es 20 veces el logaritmo de la función de red.

CodeCogsEqn

Por lo tanto, representaremos la ganancia en dB en función del logaritmo de la frecuencia. Esto significa que las frecuencias que se encuentren separadas por una misma distancia serán proporcionales en un factor 10, es decir, las separará una década. A este respecto, entenderemos el número de décadas entre dos frecuencias como el «número de factores 10 entre ellas», es decir, el logaritmo del cociente entre una y otra. Análogamente, entenderemos por octava la separación entre dos frecuencias proporcionales en un factor 2, y el número de octavas entre dos frecuencias será el logaritmo en base 2  del cociente entre ambas. De estas dos definiciones podremos extraer que el número de décadas es log 2 veces el de octavas, aproximadamente 0,3.

En cuanto al argumento de la función de red, lo representaremos de la misma manera: en función del logaritmo de la pulsación.

La utilidad de trabajar con logaritmos, y por tanto la utilidad de realizar este tipo de representación, radica en que el logaritmo de un producto o cociente es la suma o resta, respectivamente, de los factores. De esta manera, y recordando lo que hemos dicho al inicio, si descomponemos la función de red en factores elementales que sepamos representar individualmente, la curva final de respuesta será la suma punto por punto de todos estos trazados. Es por esto por lo que hemos aprendido esta semana a representar los factores elementales que pueden componer H(s): para poderlos identificar fácilmente y poder construir rápidamente curvas de respuesta frecuencial.

H(s) = k / s

La gráfica correspondiente a la ganancia de un circuito con una función de red de este tipo es una recta de pendiente -20 db/década, que corta al eje de abscisas en ω=k. En cuanto a su fase, valdrá -π/2. Con k = 1:

Captura de pantalla 2013-05-06 a la(s) 17.48.55

H(s) = k·s

De manera complementaria al caso anterior, una función de red de este tipo presenta una ganancia cuya gráfica es una recta. En este caso, es de pendiente positiva de valor 20 dB/década y, de nuevo, corta al eje de abscisas en x = k. Por otra parte, su argumento es π/2. Con k = 1:

Captura de pantalla 2013-05-06 a la(s) 17.47.34

H(s) = 1 / (s/ωc + 1)

La ganancia de un circuito cuya función de res es de este tipo es de 0 dB hasta ω = ωc. A partir de este punto, su comportamiento se puede aproximar por una recta de pendiente -20 dB/década. Esta aproximación, denominada asintótica, tiene el ligero inconveniente de que no acierta en ω = ωc. Para este valor, la ganancia es de -3 dB. Sin embargo, la tangencia a las asíntotas se produce muy rápidamente, por lo que la consideraremos una aproximación válida.

En cuanto a su fase, la podemos aproximar por 0 hasta ω = ωc, y por -π/2 para valores superiores a ωc. Sin embargo, en este caso la aproximación no es en absoluto precisa, ya que en ω = ωc el argumento de la función de red es -π/4. También hemos observado que la tangencia con las asíntotas se produce en el intervalo de una década. Por lo tanto, corregiremos la aproximación asintótica anterior añadiendo un tramo de pendiente -π/4 rad/década entre las frecuencias situadas una década por encima y por debajo de ωc. Siendo T el periodo asociado a la pulsación ωc:Captura de pantalla 2013-05-06 a la(s) 18.02.10 Captura de pantalla 2013-05-06 a la(s) 18.02.26

Vemos que este circuito tiene la característica de atenuar las señales cuya frecuencia es mayor que ωc, a la vez que deja pasar las señales de frecuencia menor. Diremos, por lo tanto, que se comporta como un filtro paso-bajo, y definiremos el ancho de banda como el intervalo de frecuencias que atraviesan el circuito con una atenuación máxima de -3 dB, esto es, que la tensión de salida sea como mínimo 0.707 veces la de la entrada.

Huelga decir que el factor 1/ωc + 1 tendrá una representación opuesta: su ganancia es de 0 dB hasta ωc, donde vale +3 dB, y a partir de este valor crece a razón de 20 dB / década. Su fase será de 0 rad hasta la frecuencia una década inferior a ωc, donde crece a π/4 rad/década hasta la frecuencia una década superior a ωc. A partir de este valor, permanece constante en π/2.

H(s) = ωo² / (s² + 2·ρ·ωo·s + ωo²)

Estudiando polinomios de segundo orden, hemos visto que siempre los podremos reconducir a una expresión similar a la del denominador de esta función de red. Lo interesante de escribirlos de esta manera es que, aplicando la fórmula que conocemos desde la ESO, encontraremos que sólo tiene raíces reales para ρ > 1. En estos casos, podremos factorizarlo y expresar la función de red como producto de dos expresiones del tipo 1 / (s/ωc + 1). Sin embargo, para 0 < ρ < 1 las raíces del polinomio serán complejas, y lo dejaremos expresado como polinomio de segundo orden.

Al analizar la ganancia de circuitos con este tipo de funciones de red, observamos que, asintóticamente, la ganancia vale 0 dB para ω < ωo, y decrece a razón de -40 dB/década para ω > ωo. Sin embargo, esta aproximación falla a ω = ωo. A esta pulsación, la ganancia vale -20·log 2ρ.

Dos valores interesantes de ρ son 0.707 y 0.5. Para ρ = √2/2 = 0.707, la ganancia es de -3dB, por lo que diremos que el circuito se comporta como un filtro paso-bajo de segundo orden. Para ρ = 0.5, la ganancia es de 0 dB. Por lo tanto, para ρ < 0.5 el circuito presentará una ganancia positiva a ω = ωc, lo que se conoce como un pico de resonancia. Esto nos será muy útil para diseñar circuitos enormemente sensibles a una cierta frecuencia, como lo son los sintonizadores de radio. El trazado de Bode de ganancia de un circuito cuya H(s) es de este tipo  presenta por tanto una forma tal que así:

Captura de pantalla 2013-05-06 a la(s) 18.35.15

Vemos también que el argumento de la función de red vale 0 para ω < ωo, y que para valores superiores vale -π. Aunque la forma de la curva depende también del factor ρ, la aproximaremos de nuevo por una recta de pendiente -π/2 rad/década entre las frecuencias situadas una década por debajo y por encima de ωo.

Tal como lo hicimos con los filtros paso-bajo, definiremos en este caso el ancho de banda como el intervalo de frecuencias que experimentan una amplificación de al menos 3 dB por debajo de la máxima amplificación del pico (esto es, si el pico es de 64 dB, el ancho de banda es el intervalo de frecuencias que son amplificadas al menos 61 dB). Hemos visto que, siempre que ρ < 0.1, las frecuencias de corte superior e inferior (las que delimitan el ancho de banda) son ωo ± 2ρ.

ωci = ωo – 2ρ

ωcs = ωo + 2ρ

Hemos definido también una medida para conocer la precisión o selectividad de un pico de resonancia, y la hemos llamado factor de calidad Q. Es el cociente entre la frecuencia ωo y el ancho de banda, ya que construir un resonador con el mismo ancho de banda pero a una frecuencia de resonancia mucho mayor es más difícil. Por otra parte, un resonador con la misma frecuencia de resonancia que otro pero mayor ancho de banda será de peor calidad.

Q = ωo / BW

Por último, hemos definido el dBμV como 20 veces el logaritmo del cociente entre una tensión y un microvatio (de manera análoga a como describimos el dBm para la potencia). De esta manera, la tensión de salida, expresada en dBμV, será igual a la tensión de entrada, también expresada en dBμV más la ganancia del circuito a esa determinada frecuencia, también expresada en dB. Esto nos simplificará la obtención de tensiones de salida y entrada.

Vo (dBμV) = Vg (dBμV) + G (dB)

25/4/13

Hoy hemos cerrado el capítulo del transformador explicando algunas de sus principales aplicaciones. Hemos visto también el Teorema de Máxima Transferencia de Potencia (TMTP), y su extensión a circuitos en RPS.

Para empezar, hemos clasificado las principales aplicaciones del transformador en dos categorías: las utilizadas para cambiar tensiones o corrientes, y las utilizadas para adaptar impedancias. 

A la hora de cambiar tensiones o corrientes, se pone de manifiesto que el transformador tiene una importancia crucial en la viabilidad del uso de la corriente alterna para distribuir el suministro eléctrico. Analizando un sistema de distribución en el que la tensión eficaz es de 220V, se observa que las pérdidas en el cobre de los conductores debido a su resistencia interna es enorme, impidiendo esto una distribución eficaz. En cambio, si utilizamos un transformador con n = 1000 para que la tensión sea de 220 000 Vef, inmediatamente observaremos que la corriente es mil veces inferior, y como el término i aparece elevado al cuadrado en la expresión de la potencia perdida, las pérdidas serán un millón de veces menores que cuando trabajábamos a 220Vef.Imagen

Pérdidas = 2 · Ired² · Rcobre

Ired = Ig / 1000

Pérdidas (alta tensión) = 2 · Ig² · Rcobre / 1000 000

 

Por otra parte, ya hemos visto en otras clases que el transformador se emplea para adaptar impedancias (cambiar su valor equivalente) sin disipar potencia, como ocurriría si usáramos resistencias en serie o paralelo. El único efecto negativo es la aparición de la inductancia del primario, que hace que el transformador sea inútil para corriente continua. Sin embargo, si conocemos la frecuencia (o rango de frecuencias, en el caso de usar modulaciones) en torno al cual trabajaremos, podemos calcular fácilmente la capacidad necesaria para que se verifique ω = 1/√LC. Además, el transformador nos ofrece juego en el sentido de que si el valor requerido de C es muy pequeño, podemos colocar el condensador en el secundario para que quede dividido por n².

Otra aplicación del transformador aprovecha el aislamiento eléctrico entre el primario y el secundario. Usando una relación de transformación 1, se logra aislar dispositivos como teléfonos y proteger a sus usuarios de posibles descargas debido a la electricidad estática que puede aparecer durante una tormenta.

A continuación nos hemos preguntado cuánta potencia puede disipar como máximo una resistencia en el caso de que el generador presente una resistencia en serie. Hemos obtenido la siguiente expresión:

Imagen

 

Derivándola respecto a RL, encontramos que la potencia presenta un máximo para RL = RG. Por lo tanto, la potencia máxima suministrada será VG² / 8RG. Esto es lo que se conoce como teorema de máxima transferencia de potencia.

Extendiéndolo a circuitos en RPS, y simbolizando la impedancia de cualquier circuito como una impedancia de Thèvenin, Zth = Rth ± jXth según si el circuito es inductivo o capacitivo, hemos procedido de igual manera. El resultado obtenido es que la potencia es máxima cuando:

Xth = -XL

Rth = RL

Por tanto, la impedancia de carga que hace máxima la potencia es igual a la impedancia del circuito conjugada. De nuevo, la potencia máxima es Vth²/8.

22/4/13

Hemos dedicado la clase de hoy a superar el «pequeño» problema que quedó pendiente al hablar de transformadores ideales en la clase anterior: son ideales. Por lo tanto, ¿cómo podremos construir un dispositivo cuyo funcionamiento sea el descrito por las ecuaciones del transformador ideal?

Hemos recurrido a una aproximación bastante efectiva: dos devanados de diferente número de espiras en torno a un núcleo de material ferromagnético. El comportamiento de esta estructura se puede modelar como una inducción L en paralelo a un transformador ideal. Con la finalidad de reducir el impacto de la L, buscaremos trabajar a frecuencias altas y que el coeficiente de autoinducción sea lo más alto posible.

Aplicando la ley de Ampère del campo magnético creado por una espira y la ley de inducción de Faraday, observamos que la tensión inducida es el producto de una serie de constantes dependientes de la geometría del transformador por la derivada de la corriente respecto al tiempo. A esta serie de constantes la llamamos L, coeficiente de autoinducción del devanado, como ya podríamos extraer de la ecuación de funcionamiento de un inductor, V = L · dI/dt.

Operando, obtenemos el siguiente par de ecuaciones:

V1 / V2 = N1 / N2

N1 / N2 = √(L1 / L2)

Por lo tanto, el funcionamiento de un transformador quedará descrito en el momento en que conozcamos tres de los cuatro parámetros de la segunda ecuación. 

Por último, hemos hecho algunos ejercicios y hemos comprobado que, al conectar una fuente de tensión al primario de un transformador real o perfecto, la inducción parásita carece de importancia al estar en paralelo con el transformador ideal. De esta manera, vemos que la realización que hemos hecho del transformador ideal es acertada y sumamente útil de cara al diseño.

18/4/13

Tras repasar brevemente lo explicado sobre líneas de transmisión, nos hemos hecho una pregunta interesante: ¿qué pasa si, por motivos de diseño, nos es imposible presentar una resistencia de carga de 50 o 75 Ω? Ya sabemos que la línea de transmisión sólo cumple su cometido si la resistencia de carga es igual a su impedancia característica, y que los valores de esta que se comercializan son generalmente 50 y 75Ω. Solicitar al fabricante una línea adaptada a nuestro uso particular puede suponer costes adicionales y, sin embargo, utilizar una resistencia adaptadora en paralelo de manera que su asociación valga 50Ω supone una disipación innecesaria de potencia.

Así pues, hemos introducido un dispositivo que los teóricos de circuitos nos han recomendado que estudiemos: el transformador ideal o conversor positivo de impedancias, ya que lo utilizaremos con esta finalidad.

Transformador Ideal

Este dispositivo forma lo que llamamos un bipuerto, ya que tiene cuatro terminales agrupados dos a dos. Se caracteriza por una constante n real positiva, e introduce el siguiente par de ecuaciones en el circuito:

V1 = n·V2

n·I1 = -I2

Hemos visto que analizando circuitos que incluyen transformadores ideales surgen una serie de conceptos interesantes respecto a las impedancias equivalentes en ambos puertos:

  • Una resistencia de valor R en los terminales de V2 equivale a una resistencia de valor n²·R en los terminales de V1.
  • Un condensador de capacidad C en los terminales de V2 equivale a otro de capacidad C/n² en los terminales de V1.
  • Un inductor con un coeficiente de autoinducción L en los terminales de V2 equivale a otro de inducción n²·L en los terminales de V1.
  • Como caso genérico, una asociación en paralelo de R, L y C en terminales de V2 equivale en terminales de V1 a un paralelo de los mismos elementos, con valores multiplicados o divididos por n² según el criterio anterior.

Por otra parte, hemos visto que la potencia neta disipada es la misma a ambos lados del transformador ideal, por lo que a la hora de construirlo deberemos tener en cuenta que sólo puede estar formado por elementos no disipativos.

De esta manera podremos adaptar de manera eficaz las impedancias equivalentes de nuestros circuitos para que coincidan con la impedancia característica de una línea de transmisión. Sin embargo, todo esto está sujeto a poder realizar (hacer real) este dispositivo.